Thursday, April 20, 2006

... en la dulce itinerancia


Vivo como dice Pessoa
en su desasosiego fundamental:
indiferente a lo divino
y menospreciando lo humano,
entregada a la sensación sin propósito…


En la dulce itinerancia.


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Mi falta de memoria
agudiza mi escepticismo
y confirma mis certezas.

Por esa razón a cada momento
Voy creyendo y esperando.



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Viajo ligera y sin prenda alguna,
de las calles heredo los pasos,
soy los ojos que me han mirado,
soy los lugares donde he estado.

Soy qualsiasi, dovunque.


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En el bar azul de Tromostovje
todos tienen con quien hablar.

Mientras yo dialogo con este papel
de cara a la ventana que hace ángulo
con el gran espejo donde chocan reflejos
que al pasar y se tragan a sí mismos.

Voy muriendo sola y nadie lo nota.


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El día que me decida a morir
lo haré justo en una esquina.

Así, para los ojos que dejo atrás
me desvaneceré de manera natural,
tan solo seguiré mi camino.

Y para los que están detrás del ángulo
nunca habré existido, no me esperan
y no notarán mi ausencia,

Muerte perfecta,
sin escándalos ni lágrimas.



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Si no existiera la búsqueda
¿Donde depositaría estos pasos?

La respuesta está como el destino,
siempre al alcancé de mi mano
sin que yo la pueda descubrir.

Guía mis pasos, es mi motor,
me funde en las calles sin nombre,
y en una estación cualquiera
empaco para seguir el viaje.

Sin destino y sin retorno.



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He llegado a recuperar
lo vivido en palabras.

Será fácil
andar caminos ya conocidos,
dibujar rostros de nombre.

No será fácil recordar.



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Los espacios humanos, todos,
me llaman a ser conocidos,
pero los siento solo al momento
y al instante siguiente ya los olvidé,
sin fascinación ni memoria.

Con los ojos llenos de detalles,
de caminos y nombres de capitales,
pero con la certeza de no saber nada
y esperar la siguiente estación
para tomar un tren, cualquiera.

Esto me orilla a tomar siempre la vida
por el más fino de todos sus hilos,
el de la ceguera más profunda
y el inútil deslumbramiento.

Y la tierra me abraza.
Siempre llegando.



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Océano negro y luna musulmana.
Sobre el mar las muertes avanzan.

Cristales que de a poco se desempañan,
ecos que se apoderan de mis manos
y hablan a velocidades inimaginables.

Cosi freddo si possa supra di noi
l’eterno ...in mare veritas…



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Soy un ser excepcional y triste.

Lo primero nadie lo sabe ni lo sabrá.
De lo segundo se darán cuenta enseguida
por la fe que nos lleva a creer solo lo ordinario,
todo aquello que al final es un espejismo
y cubre la luz con la que fuimos paridos.
La gran herencia nunca usada.

De cualquier forma y en contra de todo esto
(por todo esto) soy un ser excepcional (mente) triste.


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Soy una mujer de nacionalidad sensitiva
y viajo a cualquier lugar del mundo
con pasaporte de extranjera.

Intento una vez mas leer lo que escribo,
pero deliberadamente ciega
nunca lo entiendo, lo olvido.

Recojo la soledad de un avión transpolar
donde solo hay lugares vacíos
y guardo boletos de trenes jamás usados.

Tristemente me expando en calles ajenas
que van humedeciendo mis pasos
y haciendo mas corta mi vida.

Y al final… de esperanza vivo
y desesperada voy muriendo,
a la espera.


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http://arafly.blogspot.com/




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